Una
de las materias de gran importancia para el empleado es la de “Primeros
auxilios”. Aunque en realidad hay muy pocas personas que los conozcan, bien por
falta de medios, de tiempo o interés, debemos pensar que su conocimiento y su
práctica pueden salvar muchas vidas humanas; no olvidemos la cantidad de
accidentes ocurridos en la calle o en el trabajo. Todos podemos ayudar si
estamos preparados. ¡Cuántas vidas se podrán salvar con la intervención a
tiempo de un entendido en la materia!. (LO IDEAL, SERÍA REALIZAR UN CURSO DE PRIMEROS AUXILIOS, DE LOS QUE ORGANIZA CRUZ ROJA.)
El
conocimiento de los primeros auxilios puede hacer disminuir el sufrimiento y el
dolor del accidentado. Puede Salvar la vida de un semejante y además facilita
la posterior intervención del médico.
Debemos
entender por primeros auxilios los cuidados y atenciones inmediatas que se
proporcionan a quien ha sufrido un accidente, con el fin de aliviar su
sufrimiento y dolor, evitando consecuencias posteriores irreparables.
Para
la aplicación de los primeros auxilios se deberán seguir unas normas básicas y
fundamentales que podríamos dividir en dos grandes grupos: en el primero,
incluiremos todas aquéllas que deberá observar la persona que va a prestar sus
servicios. Son las siguientes:
Actuar rápidamente, con
serenidad y seguridad.
Tranquilizar y dar ánimos al
accidentado.
Manejar al accidentado con
precaución, evitando desplazarle del lugar del accidente, a no ser que sea un
punto peligroso tanto para él como para las personas que van a intentar
ayudarle
Hacer un reconocimiento general,
mediante el cual se pueden recopilar datos para determinar las consecuencias
(fracturas, quemaduras, hemorragias, etc.).
Una de las primeras acciones
será vigilar la respiración y las posibles hemorragias.
Tumbar al herido en el suelo,
sobre un costado, con la cabeza inclinada hacia atrás o hacia un lado.
No dar de beber jamás en caso de
que el accidentado haya perdido el conocimiento.
En el segundo
grupo incluiremos las normas a seguir por el accidentado, si bien su actitud
será normalmente pasiva en espera de ser auxiliado:
Conservará en todo momento la
calma, seguridad y tranquilidad.
Se dejará reconocer sin poner
obstáculo alguno.
No ocasionará problemas que
puedan retrasa la aplicación de los servicios que se le vayan a prestar.
Cooperará en todo lo posible,
haciendo lo que se le indique.
Una vez prestados los primeros
auxilios, se trasladará al herido al centro sanitario más próximo y, si es
factible, se avisará al centro con anterioridad, a fin de que se vayan haciendo
los preparativos necesarios para su atención. Tal es el caso de las
intervenciones quirúrgicas, por ejemplo.
No
debemos olvidar que los primeros auxilios se deben practicar en los momentos
que anteceden a la llegada del médico. Esos instantes pueden tener una vital
importancia para el accidentado. Los
casos más frecuentes de accidentes en el trabajo se pueden agrupar en la
siguiente forma:
QUEMADURAS
LUXACIONES
INFECCIONES
“SHOCKS” TRAUMÁTICOS
CUERPOS ESTRAÑOS EN LOS OJOS
DESCARGAS ELÉCTRICAS
CONTUSIONES
HERIDAS
FRACTURAS
HEMORRAGIAS
Existen también otros tipos de
accidentes, condicionados a la zona donde esté situada la empresa, como: la
congelación en casos de restaurantes u hoteles de alta montaña, y la insolación
que puede producirse en empresas hoteleras situadas en zonas muy cálidas.
Hemos
mencionado las causas más frecuentes de los accidentes. Vamos a estudiar los
efectos y el tratamiento adecuado.
* CONTUSIONES
Es este tipo de accidentes uno
de los más frecuentes. La piel no pierde su continuidad, pero las molestias o
roturas se producen en el interior, por golpes y caídas. Es característico en
este tipo de lesiones la inflamación local y la aparición de una mancha rojiza
ocasionada por la rotura de los vasos sanguíneos; el dolor se presenta
inmediatamente. El tratamiento que se debe
aplicar lo antes posible es el de bolsas de hielo o compresas frías en las
zonas o partes lesionadas; también es conveniente colocar la zona afectada en
reposo. Debemos decir que las contusiones pueden ser indicio de una lesión de
mayor gravedad.
* HERIDAS
Se producen cuando la piel
pierde la continuidad, llamándose herida precisamente a la zona abierta. Las
heridas pueden originar posteriores complicaciones como el “shock”, o bien por
un mal tratamiento, pueden ser la causa de infecciones. Las heridas profundas
ocasionan las hemorragias.
Podemos clasificar las heridas en:
* Contusas
* Incisas
* Punzantes
Heridas contusas, son las producidas por golpes
que, además de romper la piel, originan la inflamación de la zona accidentada.
Ejemplo de este caso sería el golpe dado con un martillo, que además de la
contusión, produce la herida.
Heridas Incisas, las que se producen mediante un corte sin lesionar la zona contigua. Caso típico de estas heridas son los cortes producidos por cuchillos, donde se puede apreciar el corte limpio, o lo que es igual, sin contusiones.
Heridas Punzantes, son las que se producen a través de los tejidos, traspasando la epidermis y dermis hasta llegar al músculo o hueso en algunos casos; suele ocurrir este tipo de herida con objetos puntiagudos y largos.
El tratamiento a
seguir en todas ellas es muy variado, según el caso, a excepción de las que
producen hemorragias. En términos generales, actuaremos de la siguiente forma:
En primer lugar se limpiará la
zona afectada con agua oxigenada o alcohol con gasas esterilizadas, para evitar
posibles infecciones.
A continuación se examinará la
herida y se observará si ha quedado algún cuerpo extraño en su interior, como
puede ser cristal, metal, etcétera. En este caso, se extraerá con unas pinzas
desinfectadas con alcohol, hervidas o al fuego de una llama.
En caso de ser heridas con
bastante derramamiento de sangre, pero sin llegar a la hemorragia, se aplicará
un hemostático, dejándolo sobre la zona accidentada hasta que ésta deje de
sangrar.
Volver a limpiar la herida y
aplicar un apósito o vendaje. En todos aquellos casos en que la profundidad o
extensión de la misma sea considerable, se llevará al paciente hasta la
enfermería de la empresa o centro médico más cercano, donde se le darán algunos
puntos de sutura.
Siempre que la herida haya sido
producida por algún objeto sucio u oxidado, se tendrá mayor cuidado, debiendo
observar, además de las normas anteriormente citadas, precauciones contra
posibles infecciones tetánicas, por lo que se pondrá en conocimiento del médico
con el fin de tomar medidas preventivas o a la administración de vacunas a tal
fin destinadas.
* FRACTURAS
Se entienden por fracturas la
rotura de cualquier hueso y se dividen en dos tipos:
Fracturas cerradas
Fracturas abiertas
Fracturas cerradas son aquéllas en las que la piel que cubre el hueso fracturado o roto
permanece intacta, siendo éste el motivo por el cual se hace imprescindible la
utilización de rayos X para determinar el lugar exacto de la misma.
Fracturas Abiertas son aquéllas en las cuales el hueso perfora los músculos y la piel,
aflorando al exterior. Este tipo de fracturas es mucho más difícil de tratar
por los peligros que implica: infecciones, roturas de fibras musculares, etc.
Existen unos síntomas
inconfundibles para diagnosticar las fracturas, entre otros:
Deformación y amoratamiento de
la zona accidentada.
Intenso dolor.
“Shock”.
Imposibilidad de realizar
movimientos con el miembro donde se encuentra el hueso fracturado.
En las fracturas abiertas se
producen, además, hemorragias y pequeños astillamientos del hueso fracturado.
El tratamiento que se debe
seguir en este tipo de accidentes es bastante sencillo. En primer lugar, se
realizará un reconocimiento al accidentado pero sin que éste cambie de postura,
ya que en lugar de favorecer al lesionado, se le puede ocasionar daños de mayor
importancia, debido a que el hueso roto puede producir lesiones en los
músculos, fibras y venas, de tal forma que una fractura cerrada puede ocasionar
una fractura abierta.
Una vez realizado el
reconocimiento, lo primero que se debe hacer es inmovilizar el miembro
afectado, utilizando para ello un vendaje. La forma correcta de realizar este
vendaje será la siguiente: tomar unas tablas o planchas de metal que cubran la
zona del hueso afectado, poniéndolas a los lados para inutilizar la zona, e
incluso la articulación más inmediata, anulando todo movimiento; estas tablas,
que reciben el nombre técnico de “férulas”, se ajustan al cuerpo mediante una
venda levemente apretada, pues en caso contrario produciría el corte del riego
sanguíneo.
Por último, deberemos decir que las fracturas más peligrosas son las
del cuello, vértebras cervicales y las de columna vertebral. Como consecuencia
de las mismas pueden producirse la paralización de varios miembros, como los
brazos y piernas, o bien la mitad del cuerpo (ejemplo: la paralización desde la
cintura a los pies), aparte de llegar a producir la muerte. Es importante no
mover en ningún momento al accidentado y esperar la asistencia medica de
urgencias.
* HEMORRAGIAS
Se entiende por este nombre toda
pérdida de sangre, que tenga cierta importancia, aunque en realidad deberíamos
decir que es toda emanación de sangre fuera de su conducto normal. Como
principio básico señalaremos que toda hemorragia tiene su importancia, llegando
a ser en la mayoría de los casos de considerable gravedad. Clasificaremos las
hemorragias en:
Internas
Externas
Pero éstas, a su vez, se
subdividen en otros dos grupos, de acuerdo con el conducto del que fluye la
sangre. Son las siguientes:
Venosas
Arteriales
Hemorragias internas o externas son aquéllas que se producen por algún
trastorno del organismo interno y en las que a simple vista no se aprecia
ninguna pérdida de sangre; como caso típico tenemos las producidas por la
perforación de estómago o úlceras del mismo; mientras que en las externas se
aprecia la pérdida de sangre a simple vista, como ocurre con las ocasionadas
por cualquier elemento cortante: cuchillo, cristal, etc.
Las hemorragias de origen venoso o arterial son fáciles de distinguir a
simple vista, pues tienen características totalmente dispares. En las de origen
venoso, la sangre mana lentamente y tiene un color rojizo oscuro, mientras que
en las arteriales la sangre es de color rojo intenso y mana a borbotones o
intermitentemente.
Como tratamiento de las hemorragias aplicaremos presión sobre la zona herida, procurando mantener en postura elevada el miembro dañado; se aplicará, después de haber limpiado la zona, una compresa o gasa esterilizada, para evitar posibles infecciones, colocando a continuación un vendaje, sin oprimir excesivamente la herida.
El torniquete se aplicara en los
casos de hemorragia
En aquellos casos en que, a pesar de la compresión, continúe la
hemorragia, se recomienda aplicar un torniquete, ya que por este sistema la
compresión es mucho mayor, rebajando la cantidad de sangre que se pierde. El
torniquete se aplicará en los casos de hemorragia venosa, a unos centímetros
por debajo de la herida, mientras que si fuera arterial, se aplicaría por
encima. Para hacer el torniquete, se puede utilizar una goma elástica, un
pañuelo, corbata o cualquier tejido de que se disponga; se harán una serie de
nudos o trenzado, sujetándolo al final con un elemento que no permita que se
desenrolle; dicho elemento puede ser un palo, regla, bolígrafo, etc., haciendo
a continuación un nudo. El torniquete no puede estar aplicado durante mucho
tiempo, pues al no fluir la sangre normalmente, se puede producir gangrena, por
lo que se deberá aflojar durante unos instantes cada diez minutos.
Al hacer el torniquete, se
anotará la hora en que se aplicó y se vigilará constantemente; en caso de que
la sangre no mane de nuevo, se quitará, sin volver a aplicar.
* QUEMADURAS
Con este nombre deberemos
entender las lesiones producidas por la descomposición de tejidos orgánicos
debido a la acción de calor intenso o de líquidos corrosivos, como pueden ser
los ácidos, o las descargas eléctricas en el organismo de una persona.
Hay dos factores primordiales a
tener en cuenta en las quemaduras; su grado y extensión. El grado es el factor
que dará importancia en cuanto a posibles pérdidas o inutilizaciones, y la
extensión será el factor que más influya en la gravedad del paciente; así pues,
será de mucha más gravedad una quemadura de menor grado y mayor extensión, que
al contrario.
Las quemaduras se clasifican en:
Primer grado
Segundo grado
Tercer grado
Las quemaduras de primer grado tienen como característica principal el
enrojecimiento de la piel con inflamación; la lesión no pasa de la parte
externa de la piel o epidermis.
Las quemaduras de segundo grado son aquéllas en las que la lesión llega
hasta la parte interna de la piel o dermis y se caracterizan por la aparición
de pequeñas vejigas o ampollas con un líquido interno llamado plasma.
Las quemaduras de tercer grado se forman cuando la lesión llega a los tejidos
que se encuentran debajo de la piel, como son músculos, tendones, etcétera.
El tratamiento a seguir en este
tipo de accidentes es parecido al de las heridas; lo primero que se hará es
limpiar o desinfectar la zona quemada, retirar el sobrante del tejido no
quemado cortando con tijeras y aplicar suficiente agua. Una vez realizado esto,
se pondrá una gasa esterilizada o un vendaje. Deberá tenerse en cuenta que no
es conveniente reventar las ampollas que se formen, pues de hacerlo, son
núcleos de posibles infecciones o complicaciones.
Uno de los productos que más
peligrosas quemaduras produce son los ácidos. Normalmente son dolorosas y de
gravedad. Su tratamiento difiere en algo de los demás, y sobre todo en lo
referente a la limpieza de la zona, que en este caso se deberá limpiar con agua
en abundancia, aplicando posteriormente una solución de bicarbonato sódico o de
cualquier producto alcalino. Las quemaduras producidas por la sosa se lavarán,
en lugar de con agua, con vinagre. Es importante recordar que tras la
aplicación de los primeros auxilios en las quemaduras de segundo y tercer
grado, se debe trasladar urgentemente al accidentado al centro médico.
* LUXACIONES
Se aplica este nombre a las
lesiones producidas por la salida o descolocación del hueso de su sitio en las
articulaciones. Hay dos tipos de luxaciones:
Cuando el extremo del hueso se
sale totalmente del lugar que le corresponde a la articulación. Este caso
recibe el nombre de “luxación completa”.
Cuando el hueso se separa
parcialmente de la articulación, se conoce como una “subluxación”.
Las luxaciones que se presentan
más fácilmente son las que se producen en las articulaciones de las siguientes
partes del cuerpo:
Hombro
Codo
Cadera
Rodilla
Dedos y muñeca
Tobillo
Las luxaciones vienen precedidas
de los esguinces, que son desgarros de ligamentos producidos al forzar el
movimiento de la articulación; este desgarro de tendones o ligamentos deja
debilitada la articulación, produciéndose la luxación con otro movimiento
brusco.
Los síntomas apreciados en este
caso serán los siguientes:
Desviación del eje normal del
miembro.
Deformidad de la articulación.
Dolores acusados, localizados en
la articulación lesionada.
Alargamiento o acortamiento de
la articulación.
Disminución en la movilidad de
la articulación.
En este tipo de accidente, la función de la persona que aplicará los
primeros auxilios queda reducida a la simple acción de inmovilizar, por el
mismo procedimiento que en las fracturas, la zona afectada, y llevar al herido
al centro de asistencial más próximo.
* INFECCIONES
Es el desarrollo de gérmenes
nocivos en una herida, por lo que se recomienda la utilización de gasas
esterilizadas y productos farmacéuticos desinfectantes en la limpieza y cura de
las heridas.
La infección también puede ser
producida al ingerir productos en malas condiciones, portadores de gérmenes
nocivos, o bien por la introducción de algún elemento extraño que trastoca el
funcionamiento ordinario del organismo.
La sintomatología de las
infecciones es muy fácil de distinguir, pues se van produciendo lenta y
paulatinamente, y nunca se presentan de una forma brusca o rápida. Sus
principales síntomas son:
Un dolor intenso al principio
que, pasado al tiempo, se convierte en dolor intermitente y en forma de
pinchazos.
Enrojecimiento del lugar
afectado.
Elevación de la temperatura
corporal.
Formación de pus en las heridas.
El tratamiento primordial será
observar la mayor limpieza, lavándose bien las manos con jabón y agua y
siguiendo las instrucciones que se mencionan a continuación:
Limpiar perfectamente la herida
con una gasa esterilizada.
Seguir siempre la norma de ir
del centro hacia los bordes, y no al contrario, pues produciría daños
imprevisibles.
Aplicar mercromina-betadine, sobre la
herida y poner a continuación una gasa esterilizada, sujetándola con
esparadrapo.
Una de las infecciones más
peligrosas que existe es la tetánica. Se produce por elementos oxidados o que
se encuentran en lugares de desperdicios y basuras, o por contacto animal. Por
ello, se debe recurrir inmediatamente al médico para que examine al accidentado
y le vacune contra este tipo de infección, que puede producir la muerte en muy
poco tiempo.
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