viernes, 5 de octubre de 2012

Módulo 2 UD 3 - Sentido de la Responsabilidad

En esta área hay actividades con incidencia en el medio ambiente. Limpieza de zonas comunes, habitaciones, orden en las instalaciones y recolección de desechos. Cuando la acción de limpieza es correcta el impacto ambiental es positivo. Por ejemplo: 

Una llave bien cerrada evita que se envíen al desagüe de cinco a diez litros de agua por minuto. 
La instalación de dispositivos de regulación del caudal de agua reduce de 8 a 20 litros el caudal de una llave.

Cuando la acción de limpieza es incorrecta el impacto ambiental es negativo. Por ejemplo: 

Cada vez que se tira de la cadena de un excusado, 20 litros de agua van a parar a la red de alcantarillado. Un inodoro con escape de agua malgasta 34 mil litros al año. 

Agua

La limpieza de las zonas comunes asfaltadas mediante barredoras mecánicas, en lugar de manguera, disminuye considerablemente el consumo de agua en este tipo de limpieza. 
Es una buena práctica ambiental asegurarse de que la cantidad de agua empleada en la limpieza en general es la adecuada. 
Podemos instalar dispositivos limitadores de presión y difusores en lavabos y mangueras para asegurar un nivel de enjuague adecuado pero con menor aporte de agua. 
En las zonas de servicios comunes pueden instalarse llaves monomando con temporizador, de forma que se elimine la posibilidad de dejar las llaves abiertas. 
Se puede reducir el volumen de las cisternas del inodoro, manteniendo la eficacia de la acción limpiadora, mediante la introducción de botellas llenas de agua (o mejor de arena) o bajando el flotador. 
Otra solución consiste en sustituir las cisternas por otras de menor capacidad. 
En las cocinas, procurar la limpieza óptima de las verduras en baldes con agua. 

Segregación de residuos.

Fomentar medidas de recogida selectiva de residuos (papel, cartón, latas de aluminio, residuos orgánicos, residuos plásticos y vidrio) para su reciclado. 


Energía.

Si se usa la lavadora a medio llenar se consume mayor cantidad de agua, energía y detergentes. 
El termostato de la máquina debe mantenerse a temperaturas no muy elevadas, ya que el mayor consumo de energía se produce en el calentamiento de agua. 
En la cocina, los hornos y las hornillas deben limpiarse frecuentemente para evitar que la grasa impida la transmisión del calor. 

Productos de limpieza.

Vigilar los productos químicos que se emplean en la limpieza de las instalaciones y buscar los amigables con el medio ambiente. 
Al utilizar productos de limpieza se seguirán las recomendaciones del fabricante en cuanto a dosificación, para asegurar un consumo correcto y evitar contaminación. 
Las toallas y sábanas viejas se pueden reutilizar como trapos de limpieza. No se emplearán servilletas o rollos de papel para tal fin, pues aumentamos la cantidad de residuos generados. 

Mantenimiento. Servicios.

En esta área encontramos las siguientes actividades con incidencia ambiental: mantenimiento de instalaciones, calefacción, aire acondicionado, equipos mecánicos y eléctricos. 

Cuando la acción de mantenimiento es correcta el impacto ambiental es positivo. Por ejemplo: 

Mantener limpias las bombillas y las lámparas permite un ahorro de hasta 10% de energía. 
La sustitución de los sistemas de alumbrado tradicionales por sistemas de bajo consumo permite un ahorro de hasta 80% de energía. 

Cuando la acción de mantenimiento es incorrecta el impacto ambiental es negativo. Por ejemplo: 

Un mantenimiento incorrecto supone mayor consumo de energía y una disminución de la vida útil de los equipos, con lo cual generamos más residuos y más gastos en reparaciones.

Una calefacción en mal estado malgasta entre 30 y 50% de la energía que consume. 

En caso de utilizar combustible líquido para la calefacción, se realizarán comprobaciones del nivel de los tanques de almacenamiento, tanto para controlar su consumo como para evitar posibles fugas y reducir la generación de residuos. 

Una variación de un grado centígrado puede suponer en el consumo una diferencia de 6%. Debemos controlar la temperatura de la instalación, bajando si es necesario el termostato general, de manera que la calefacción en invierno no sea excesiva o la temperatura en verano demasiado baja. 

Realizar controles en los termostatos individuales para evitar excesos en el consumo de energía. 

La limpieza periódica de los filtros de los equipos de aire acondicionado asegura que el consumo energético no se dispare. 

Es importante realizar una revisión regular de los equipos de aire acondicionado y de refrigeración para minimizar las emisiones a la atmósfera de los gases CFCs, que destruyen la capa de ozono. 

Aislar térmicamente los edificios, y sobre todo las ventanas, lo cual permite un ahorro considerable de energía al evitar pérdidas de calor y frío. 

Realizar inspecciones de la instalación de cañerías para detectar fugas y evitar mayor consumo de agua.

Energía eléctrica.

Una buena práctica para reducir el consumo eléctrico es la realización de revisiones del sistema. En ellas se determina el consumo de la instalación, los puntos calientes de iluminación, es decir, las zonas donde la iluminación artificial es más o menos necesaria. Realizar mediciones de consumo por zonas (cocinas, lavandería, restaurante, alberca, jardines y exteriores) ayuda a controlar el consumo de energía. 

No es recomendable apagar los tubos fluorescentes en zonas donde vayamos a encenderlos en menos de cinco horas, ya que el mayor consumo de energía se produce en el encendido. 

Aislar eficazmente, en las cocinas, las zonas frías de las zonas calientes permite ahorrar energía. Es importante que cierren herméticamente los refrigeradores, así como no introducir alimentos calientes en ellos.

Residuos.

El aceite usado de la maquinaria debe ser reciclado adecuadamente, ya que es un residuo muy contaminante. Un litro de aceite puede contaminar diez mil litros de agua.

Los tubos fluorescentes gastados o averiados son residuos tóxicos debido a su contenido de mercurio.

Definición de Residuos:
  
Se considera como residuo, cualquier sustancia u objeto del cual su poseedor se desprenda o del que tenga la intención u obligación de desprenderse, siempre que figure en el Catálogo Europeo de Residuos (C.E.R.).
Los residuos admiten varias clasificaciones, según su peligrosidad o su procedencia.

Según su peligrosidad:

Residuos urbanos o municipales: incluyen los que se generan en los domicilios particulares, comercios, oficinas y servicios. Los que no sean peligrosos y puedan asimilarse a los anteriores lugares o actividades. Los que procedan de la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas. Los animales domésticos muertos, los muebles, enseres y vehículos abandonados. Los residuos y escombros de obras menores de construcción y reparación domiciliaria. 

Residuos peligrosos: incluyen a los que figuran en la lista de residuos peligrosos del Real Decreto 952/1997. Los recipientes y envases que los hayan contenido. Los que califique como peligrosos la normativa comunitaria, el Gobierno o estén incluidos como tales en los convenios internacionales de los que España forme parte.

Según su procedencia:

Residuos municipales: los generados en domicilios particulares, comercios, oficinas y servicios. 
Residuos industriales: los generados por la industria, independientemente de su peligrosidad o no. 
Residuos inertes: los que no sufren modificación en su estado o composición por interacción con el medio ambiente. 

Clasificación de un Residuo como peligroso.

Para poder clasificar a un residuo como peligrosos existen dos vías:

Si el residuo figura como tal en el Anejo 2 del Real Decreto 952/1997, es peligroso y no necesita para dicha calificación de ninguna analítica. 
Si el residuo no está incluido en el punto anterior es peligroso, sí y sólo sí. 

* Está en la parte A de la tabla 3 del RD 952/1997 y además presenta una de las características de la tabla 5. 
* Está en la parte B de la tabla 3, contiene alguno de las sustancias de la tabla 4 y además presenta una de las propiedades de la tabla 5 del RD 952/1997. 


Diagrama



Residuos de la agricultura, horticultura, acuicultura, selvicultura, caza y pesca; residuos de la preparación y elaboración de alimentos. Residuos de la producción de bebidas alcohólicas y no alcohólicas (excepto café, té y cacao).

* Residuos de lavado, limpieza y reducción mecánica de materias primas. No peligroso
Residuos de la destilación de alcoholes. No peligroso.
* Residuos del tratamiento químico. No peligroso 
* Materiales inadecuados para el consumo o la elaboración. No peligroso 
* Lodos del tratamiento in situ de afluentes. No peligroso 
* Residuos no especificados en otra categoría. No peligroso 

Residuos de la preparación y elaboración de frutas, hortalizas, cereales, aceites comestibles, cacao, café, té y tabaco; producción de conservas; producción de levadura y extracto de levadura, preparación y fermentación de melaza.

* Lodos de lavado, limpieza, pelado, centrifugado y separación. No peligroso 
* Residuos de conservantes. No peligroso 
* Residuos de la extracción con disolventes. No peligroso 
* Materiales inadecuados para el consumo o la elaboración. No peligroso 
* Lodos de tratamiento in situ de afluentes. No peligroso 
* Residuos no especificados en otra categoría. No peligroso 


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